Amarillo
Vistes de blanco y negro siempre. Eres mi inspiración. Paso frente a tu balcón temprano todos los días y también cuando regreso del trabajo.
Me he comprado una chaqueta amarilla en una tienda de segunda mano. Las personas me miran llegar desde lejos, pero tú no.
He pintado un corazón en la puerta de tu casa. La última vez que lo ví, había empezado a sangrar pidiendo tu atención.
Los días pasan. Si no me miras pronto, su sangre amarilla va a derramarse sobre la acera, untando ladrillo por ladrillo del color que te pueda recordar a la imagen fugaz de una chaqueta pasajera.
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